lunes, 11 de julio de 2011

El sueño empezó en la Línea K... Ahora le toca a La Sierra

“El Metrocable es un proyecto de transformación social que impulsa la economía y la convivencia en los barrios menos favorecidos de la ciudad”. Con estas palabras Luis Pérez echó a andar lo que para algunos  fue motivo de risa y hoy “la joya” de mostrar para el mundo.

Criticado, demeritado: “es una garrucha” decía un matemático candidato en aquella época, el Metrocable cambió la percepción de no futuro en la zona nororiental de Medellín. Ese embeleco de Luis Pérez hoy es una necesidad impostergable en sectores como el de La Sierra.   

El pasado sábado nueve de julio el candidato a la Alcaldía de Medellín, Luis Pérez, se reunió con  la comunidad de La Sierra. En este encuentro se escucharon las distintas inquietudes de tipo social que se requieren allí, entre ellas la construcción del Metrocable.




Para la Sierra este proyecto no debe surtirse como uno más. Es prioritario por sus alcances de integración social, urbanística y de movilidad. También porque indudablemente impactará positivamente sobre la percepción de inseguridad que se respira en esta zona de la ciudad.  Las denominadas “fronteras invisibles” no son otra cosa que la respuesta al letargo estatal frente a la acometida de un trabajo social integrado, no asistencialista, que debe implementarse de manera inmediata en los sectores donde el conflicto ha alcanzado niveles de suma preocupación. 

La ejecución de este sistema de transporte para la Sierra ya se encuentra aprobado por el Plan de Ordenamiento Territorial y en los Proyectos Urbanos Integrados del Metro de Medellín. El estudio físico – espacial confirma la viabilidad del Metrocable en la Sierra. Este análisis se logró por una Interventoría internacional que comparó los antecedentes de este proyecto y los resultados que presentaría a futuro.

El PUI Nororiental, el PUI de la comuna 13 y el Metrocable Línea J y K, arrojaron los resultados de viabilidad.

Los acontecimientos diarios de La Sierra, donde son mayoría infinita los hombres y mujeres trabajadores, son suficientes para acelerar un proyecto que está pensado para dentro de cinco años mínimo. La historia ha demostrado lo costoso que sale en términos sociales y económicos, aquello que se posterga sin atención a las realidades del día a día. 

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