martes, 22 de febrero de 2011

El invierno contra los pobres


El país no ha dimensionado la magnitud de la catástrofe que ha producido el invierno. En pobreza, Colombia ha retrocedido más de 10 años.
De los 32 departamentos, 20 están en crisis por los estragos del invierno. Medio país incomunicado por una infraestructura vial que resultó muy frágil contra el invierno. En las laderas se mueve sin compasión la tierra y en los plano se extiende sin murallas el agua y las inundaciones.
Municipios enteros están en agonía y otros han desaparecido. Gramalote en Santander se quedó sin habitantes. A muchos municipios se los ha tragado la tierra y a otros el agua. Innumerables seres humanos muertos bajo los escombros para siempre pues ni siquiera han sido rescatados. La tragedia de la Gabriela en Bello, nunca se esclarecerá porque aunque se encontraron 80 cadáveres, nunca se sabrá cuántos quedaron bajo la tierra. En las costas, poblados enteros cubiertos por el agua parecen la extensión del mar; pueblos enteros con el agua hasta los techos.
Cerca de dos millones de damnificados y 500.000 familias afectadas. En el pasado, Colombia ocupó el segundo lugar en el mundo por los desplazados por la guerra. Hoy somos los primeros en el mundo por los desplazados del invierno. Los desplazados por el invierno dejan, apurados sus casas, sus tierras, sus culturas, sus pertenencias antes de que el invierno les quite hasta la vida. Y salen al desierto de las ciudades, sin nada, a sobrevivir en la aridez del desempleo y la pobreza.
Sufre el país y sufren los pobres que son los primeros golpeados por la lluvia inclemente. Los pobres son los más frágiles frente al invierno y  se ha acrecentado la pobreza. Los pobres han quedado más pobres y con necesidades de supervivencia inmediata que los hace sufrir más.
Se estima que se necesitan más de 10 millones de millones pesos para rehacer los estragos materiales del invierno, y las lluvias aún no paran. Y sin contar los intangibles culturales de regiones enteras que desaparecen, ni los males de quienes pierden la educación, o los empleos, o sus tierras, o su salud, o sus pertenencias.
El Presidente Santos ha mostrado una diligencia y una sensibilidad que nos da energía a los colombianos para ser más solidarios. La Reconstrucción de Colombia por los estragos del invierno merece normas especiales asi como se crearon contra la violencia. Asi como el Presidente Santos nombró funcionarios de excelencia para su gobierno, asimismo debería designar un grupo de dirigentes muy inteligentes que lideren la reconstrucción del país. 
Mientras el gobierno trabaja en la solución inteligente de los estragos, los ciudadanos del común tenemos que exteriorizar nuestra solidaridad y nuestro aporte a tantos colombianos que sufren y se han quedado sin nada por causa del invierno.

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